Esperábamos
que esta vez Fulgencio nos llevara al campo pero ha seguido los derroteros de
otra palabra que nos lleva a su alma
mater (madre nutricia) La Universidad de Salamanca. Estamos ante otra de
esas palabras largas de sílabas y que nunca relacionaríamos con su verdaderos
significado.
Se conoce
como hipocorístico a los nombres diminutivos, abreviados o infantiles que se usan de forma
cariñosa, familiar o eufemística.
Etimológicamente,
la palabra hipocorístico es de origen griego “hypokoristikós” que
significa “relativo a la caricia”.
En nuestra lengua abundan los
hipocorísticos, estas son determinadas palabras cuya formación se debe a una
repetición de la misma sílaba. Prácticamente, el hipocorístico se funda en la
conjugación de una consonante o grupo consonántico, una vocal o diptongo para
luego repetir la sílaba así formada.
Aparte de lo establecido anteriormente,
los hipocorísticos también se forman de la siguiente manera:
·
Agregación de
los sufijos: ito (a), illa (a), ino (a), entre
otros, por ejemplo: Luisillo, Carlitos, Vanesita.
·
Eliminación
de una o más sílabas, es el caso de: Jessi, Susi, Ale.
·
Unión de dos
nombres, como por ejemplo: JuanMa (Juan
Manuel), Juancar (Juan Carlos).
Los hipocorísticos parecen ser,
originalmente, creación del lenguaje infantil, o familiar. De facto, el
aprendizaje del lenguaje de los niños comienza, en regla, por hipocorísticos.
Es el caso de las palabras: mamá, papá, titi, entre otras. En el caso del
lenguaje familiar, se observa principalmente en la creación de los diminutivos
de los nombres propios, como por ejemplo: Celia (Cecilia), Antonio (Toni), Nico
(Nicolás), Kiko (Francisco), Joaquín (Juaco), entre otros.
En conclusión, para la formación del
hipocorístico las palabras sufren cierta deformación, siendo muchas veces por
diminutivos, y en ocasiones puede tener un origen etimológico distinto al
original, como por ejemplo: Pepe para identificar a una persona con nombre de
José.
Es de resaltar, que los pseudónimos no deben de ser
confundidos con los hipocorísticos, ya que los primeros tienen como
objetivo ocultar la verdadera identidad del personaje, es muy usado por
escritores, como por ejemplo: J.K.Rowling, usó el pseudónimo de Robert
Galbraith, Fernando Pessoa,
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