domingo, 15 de marzo de 2020

LAS PALABRAS DE FULGENCIO

                                                    HIPOCORÍSTICO
Esperábamos que esta vez Fulgencio nos llevara al campo pero ha seguido los derroteros de otra palabra que nos lleva a su alma mater (madre nutricia) La Universidad de Salamanca. Estamos ante otra de esas palabras largas de sílabas y que nunca relacionaríamos con su verdaderos significado.
Se conoce como hipocorístico a los nombres diminutivos, abreviados o infantiles que se usan de forma cariñosa, familiar o eufemística.

Etimológicamente, la palabra hipocorístico es de origen griego “hypokoristikós” que significa “relativo a la caricia”.

En nuestra lengua abundan los hipocorísticos, estas son determinadas palabras cuya formación se debe a una repetición de la misma sílaba. Prácticamente, el hipocorístico se funda en la conjugación de una consonante o grupo consonántico, una vocal o diptongo para luego repetir la sílaba así formada.
Aparte de lo establecido anteriormente, los hipocorísticos también se forman de la siguiente manera:
·        Agregación de los sufijos: ito (a), illa (a), ino (a), entre otros, por ejemplo: Luisillo, Carlitos, Vanesita.
·        Eliminación de una o más sílabas, es el caso de: Jessi, Susi, Ale.
·        Unión de dos nombres, como por ejemplo: JuanMa (Juan Manuel), Juancar (Juan Carlos).
Los hipocorísticos parecen ser, originalmente, creación del lenguaje infantil, o familiar. De facto, el aprendizaje del lenguaje de los niños comienza, en regla, por hipocorísticos. Es el caso de las palabras: mamá, papá, titi, entre otras. En el caso del lenguaje familiar, se observa principalmente en la creación de los diminutivos de los nombres propios, como por ejemplo: Celia (Cecilia), Antonio (Toni), Nico (Nicolás), Kiko (Francisco), Joaquín (Juaco), entre otros.
En conclusión, para la formación del hipocorístico las palabras sufren cierta deformación, siendo muchas veces por diminutivos, y en ocasiones puede tener un origen etimológico distinto al original, como por ejemplo: Pepe para identificar a una persona con nombre de José.
Es de resaltar, que los pseudónimos no deben de ser confundidos con los hipocorísticos, ya que los primeros tienen como objetivo ocultar la verdadera identidad del personaje, es muy usado por escritores, como por ejemplo: J.K.Rowling, usó el pseudónimo de Robert Galbraith, Fernando Pessoa, 

jueves, 5 de marzo de 2020

LAS PALABRAS DE FULGENCIO






                                                  

                                                 LUDIBRIO


La palabra de hoy es de las que hace poner cara de: “Eso no existe. Eso te lo has inventado” Pero existe y se usó.
ludibrio. (Del lat. ludibrĭum).
Sustantivo masculino. Este vocabulario se refiere a un escarnio, desconsideración, arrogancia, desaire, menosprecio, altanería, displicencia, ultraje, orgullo, desdén, vilipendio, repulsa, afrenta, insulto, menosprecio, humillación, mofa, agravio, ofensa, burla, vejación, befa, desdén o injuria, cualquier tipo de acción o acto que hiere a una persona.

Un ánimo esforzado, una conciencia entera, un espíritu valeroso, podrá soportar la contumelia; podrá tener lástima del vilipendio; difícilmente tendrá fuerzas para ser superior al ludibrio

La contumelia nos desprecia. 
El vilipendio nos envilece. 
El ludibrio juega con nosotros…” 

UNO DE LOS NUETROS


Ulises Claver no es un niño normal. ¡Su capacidad de deducción podría eclipsar al mismísimo Sherlock Holmes! Junto con sus amigos, Sofía y Pável, forman una pandilla capaz de llegar hasta el fin del mundo. El problema es que, esta vez, el misterio los llevará todavía más lejos. Nadie que haya cruzado la Pantalla Maldita ha podido regresar. Una emocionante aventura con youtubers, videojuegos y reliquias de anticuario.
Una nueva serie infantil escrita e ilustrada por dos autores logroñeses. Guillermo Moracia (Logroño, 1984) siempre quiso ser una mezcla de Indiana Jones, Tintín y Stoichkov. Como se defiende dibujando y malgasta su tiempo viendo películas, se licenció en Bellas Artes. Suele pasar el rato escuchando discos o leyendo y, cuando se aburre, le da por escribir historias más o menos fantásticas.
Beatriz Castro, 1985. Estudia el Grado Superior de Ilustración en la Escuela de Artes de Logroño, su ciudad natal. Después de un fallido intento de estudiar Diseño, volvió a dibujar, que era lo que más le gustaba y decidió embarcarse en la carrera de la ilustración. Colabora con diversas editoriales de aquí y de más allá. Su debilidad son los cuentos ilustrados. Su estilo es infantil, con texturas y puntos de luz que otorgan un matiz personal a sus trabajos.

                                           EL CHICO ESTUDIÓ EN EL SAGASTA

CIENCIAS



Mónico Sánchez Moreno nació el 4 de mayo de 1880 en Piedrabuena, un municipio de Ciudad Real, al menos en la actualidad, en el seno de una familia sin grandes recursos económicos, aunque su madre insistió en que tanto él, que era el menor, como sus hermanos, fueran al colegio.
Pero ninguno de los cuatro llegó a terminar nunca el colegio.
Sin embargo a Mónico, con 19 años, le picó el gusanillo de la curiosidad y decidió vender la tienda que había montado en el pueblo de San Clemente e irse a Madrid con la intención de estudiar ingeniería eléctrica.
Por supuesto sin haber acabado sus estudios básicos pronto tuvo que enfrentarse con la realidad de que jamás lo iban a dejar entra en la Escuela de Ingeniería Industrial, aunque acabó por encontrar un curso de electrotecnia por correspondencia –en inglés– que prometía enseñar todo lo posible sobre la electricidad.
Así que se puso a hacer el curso –y a aprender el inglés necesario sobre la marcha– de tal modo que Jospeh Wetzler, el autor, acabó por recomendarle que se fuera a acabar sus estudios a Nueva York, el mismo Nueva York en el que se libraba la guerra de las corrientes entre Tesla y Edison.
Una vez allí no sólo acabó con provecho sus estudios sino que fue capaz de diseñar unos generadores de alta frecuencia de un tamaño tan reducido que a su vez le permitieron fabricar aparatos de rayos X portátiles que se popularizaron rápidamente; la misma Marie Curie y el cuerpo de voluntarios que formó a tal efecto recorrieron los campos de batalla de la primera guerra mundial con unidades de rayos x de Mónico Sánchez montadas en camiones que salvaron sin duda miles de vidas.
Con el dinero conseguido fundamentalmente con las ventas de esos aparatos Mónico Sánchez decidió volver a España para probar suerte aquí, y montó en Piedrabuena el Laboratorio Eléctrico Sánchez, donde aparte de fabricar aparatos para su venta montó una central eléctrica que convirtió a su pueblo en uno de los primeros –sino el primero– de toda España en estar totalmente electrificado.
La empresa de Mónico Sánchez también fabricó aparatos para ser utilizados en colegios, institutos y facultades a la hora de enseñar física y algunas de sus aplicaciones, aparatos que en muchos casos aún sobreviven en perfecto estado de funcionamiento.
Este libro no es una biografía exhaustiva al uso, ni de hecho es demasiado largo, pero se lee con gusto, aunque personalmente hay algunas peroratas sobre temas políticos que me sobran un poco, y es una magnífica introducción a este increíble y asombroso personaje.

                                          El IES PM Sagasta tiene una máquina como ésta