Aunque en los últimos años hayan reparado en las mujeres como sujeto histórico, los estudios siguen tentados en presentarlas con un tratamiento victimista. Y ya no se trata de que eso sea falso, que las mujeres -y, en este caso, las trabajadoras- consiguieron victorias, todo lo parciales que se quieran, pero victorias; sino que en estos tiempos tan complicados es necesario recordar que el desarrollo del movimiento feminista se debe gracias a las luchas de nuestras antepasadas que, lejos de limitarse al rol que les confería una sociedad misógina, se batieron por sus derechos, sabiendo movilizarse y organizarse. El presente estudio parte de un marco provinciano -el que ofrece la entonces provincia de Logroño, hoy Comunidad Autónoma de La Rioja- con la idea de que son precisamente estos contextos, en los que se supone que nunca pasa nada, los que ofrecen un palco privilegiado para poder apreciar los cambios sociales, políticos y culturales.
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